Son muchas las figuras que participan en la construcción de una edificación: el contratista, el promotor, el constructor de obra… Y, a menudo, estos perfiles se confunden entre sí. Por eso hoy, en este artículo de EIKAN vamos a especificar quién es exactamente el promotor de una obra y qué funciones tiene.

Si quieres saber cuál es el papel que tiene este personaje dentro de una obra, ¡sigue leyendo! Aquí te contamos todo lo necesario. 

¿Qué es el promotor de una obra?

El promotor de una obra es una persona física o jurídica que impulsa la producción de una obra en todos los sentidos, desde la primera decisión hasta la programación y la financiación de la construcción. 

Puede ser un particular, pero también una entidad pública o privada y, en ocasiones, varias empresas pueden trabajar juntas como promotores de la misma obra. 

Generalmente, los promotores externalizan la edificación de la obra a una empresa contratista, pero en el caso de que el proyecto se lleve a cabo con trabajadores de la plantilla del promotor, este ejercerá también la función del contratista.

Funciones del promotor de una obra

Como ya hemos dicho, el promotor de una obra es el responsable de decidir, impulsar, programar y financiar una obra. Por tanto, es la figura encargada de:

  • Obtener el solar en el que se construirá la obra y obtener la autorización de edificación. 
  • Facilitar y pedir toda la documentación necesaria para llevar a cabo el proyecto.
  • Gestionar las licencias y autorizaciones administrativas.
  • Suscribir el acta de recepción de obra.
  • Elegir al proyectista y contratar al contratista y al equipo que realice la obra.
  • Asegurar las condiciones de seguridad y salud laboral necesarias para la edificación.
  • Garantizar medidas de protección, prevención y emergencia.
  • Controlar que la obra se complete en el plazo estimado y que no supere el presupuesto que se haya programado.

Diferencia entre promotor y contratista

El promotor es la persona o entidad que impulsa la edificación y, de algún modo, es el líder que inicia el proyecto, pero no es quien lo gestiona una vez este comienza. Ese rol se asemeja más a lo que hace el contratista, que es quien subcontrata al resto del equipo y se encarga de llevar a cabo la construcción en sí. 

Por norma general, los contratistas son empresas constructoras especializadas en el desarrollo de proyectos de este tipo, mientras que el promotor puede ser una persona que tenga capital y ganas de llevar a cabo una idea de negocio, pero no necesariamente tiene conocimientos de obra y edificación.

Por eso, el contratista es también quien elabora el presupuesto y, normalmente, se dedican a una obra por temporada, dado que están involucrados en la construcción de una obra de principio a fin. En cambio, los promotores sí pueden dedicarse a la promoción de varias viviendas a la vez, dado que sus labores son más administrativas. 

No obstante, como hemos comentado, en muchos casos el promotor de la obra es también el constructor de la misma, lo que permite entregar proyectos realizados de forma integral en el que se tiene en cuenta hasta el más mínimo detalle. Por lo que, si puedes elegir, te recomendamos que el promotor de tu obra sea también el contratista.

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